miércoles, 28 de julio de 2010

Que onda con nuestro Blog!!!

La ODDSchool ha abandonado por completo el blog! que haremos como tema semestral para darle respiración de boca a boca a nuestras tonterías universitarias?

Yo propongo minificciones!

Viva FLUDAAAAA!

domingo, 28 de marzo de 2010

Blablablaaa...

Odds, tengo dos cosas que preguntar: una, ¿qué haremos respecto a lingüística: estudiaremos en la semana o nos repartimos los temas aquí y hacemos estudio intensivo, lunes, martes y mirércoles que no tendremos francesas?? Alguien dígame!!!
Y dos, ya tengo los libros scaneados, ahora, los voy a mandar por mail, trataré de que no pesen mil cuatro mil millones de... de... bueno, que no pesen xD (tanto), y pues por favor manden los que ustedes se llevaron.
Por su atención, gracias.

Quejas y sugerencias a:
Mestresalinguïstica.comotambiénargel/odd_hendel

domingo, 21 de marzo de 2010

La rebelión de los morados

Hola, queridos Odds!!!
En medio de un montón de ideas románticas, consideraba la posibilidad de un suicidio en masa (o sea yo y mis deprimidas neuronas) y quería saber si no se animaban? No, I was joking, la verdad es que quería proponerles una cosa y también me dieron ganas de postear un cuento profético que tenía por ahí guardado, para que vean que no soy tan buena como Mara les hizo creer XD.
Punto número uno: El martes hay función doble de películas de lobos en la cineteca (pagas uno y ves dos). La primer película The Howling -Dir. Joe Dante, EUA, 1981- empieza a las 11 (ese es el problema) pero la segunda, The company of wolves -Neil Jordan, EUA, 1984- es a las 12:45 y según entiendo, sí pueden verla conmigo y hacerme feliz; así que si les late, pues yo los veo por allá... de cualquier modo, es probable que los vea mañana en arquiternura y pues ya veremos...
Punto número dos: Este cuento es una jalada: uno de mis múltiples intentos fallidos por escribir ciencia ficción y formaba parte de una novela (stuff tipo Crónicas marcianas) que nunca terminé y tampoco me dieron muchas ganas después de las críticas recibidas... Aclaro que lo escribí antes de ver 12 monos, no soy tan pirata... y pues espero que les divierta aunque sea tantito... espero sus quejas y etc etc etc.
La rebelión de los morados


9 de junio de 2109. La compañía semillera Miahcorp ha desarrollado una berenjena transgénica. La nueva variedad contiene el gen cry1Ac, que otorga propiedades favorecedoras para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, degenerativas, el cáncer, entre otras. Esta variedad se empezará a probar masivamente en América y serán evaluados sus efectos. El CRAIG (Comisión Responsable de Anuencia en Ingeniería Genética), máximo órgano regulatorio en temas de biotecnología, autorizó un ensayo de campo a gran escala.

Periódico El Universal. Nueva República Latinoamericana, Cd. De México.

Cuando éramos pequeños, Laurif, su hermanita Eeru y yo, acostumbrábamos jugar bajo las coladeras para buscar monedas y usarlas para comprar caramelos de mostaza. A veces, cuando Laurif andaba de humor, también solíamos cazar esas feas ratas de tres ojos y meterlas por las tuberías de la casa del señor Sergei, un viejo ruso malhumorado que llegó al país poco antes de la Gran Guerra. Aunque eso fue antes, hace tanto tiempo. Ahora tenemos que escondernos bajo las coladeras para que no nos encuentren, para que nos olviden.
Irónico: hace poco menos de un año ellos nos temían a nosotros.

Al final de la batalla, se comenzó desde cero; después de todo, ya no había algún país fuerte que existiera al final del océano, más que una América que había permanecido extrañamente unida ante el caos, lo cual constituyó para muchos de nosotros la creación de una utopía.
Sin embargo, detrás de cada gran cruzada siempre quedan heridos. El hambre y la enfermedad se propagaron con rapidez. El problema más grande radicaba en que un nuevo virus de inmunodeficiencia letal, de propiedades desconocidas, actuaba de modo que la infección se propagaba a través de cada secreción del cuerpo, por mínima que ésta fuera, y actuaba tan rápido que la muerte resultaba inminente en cuestión de semanas… o de días.
Tan sólo con tocar a un infectado se terminaba todo.

La cosa no es sencilla. Encontrar algo qué comer aquí abajo, aún cuando los animales rastreros se han vuelto parte de nuestra alimentación diaria, nunca es fácil. Laurif y yo nos encargamos de distribuir las raciones y controlar a la población. Eeru escoge grupos de cinco personas, al menos una noche a la semana, para buscar comida en almacenes, bodegas o lo que encuentren. Creemos que en la oscuridad es más sencillo escondernos de ellos.
No siempre regresan todos los que se van… o no regresa ninguno; a veces simplemente regresan, pero sabemos que ya no son ellos y tenemos que eliminarlos.
Lo único bueno de todo esto es poder descansar junto al cuerpo tibio de Laurif, a pesar de los terribles gritos que se escuchan arriba. No todos tuvieron tiempo para esconderse en los pasadizos subterráneos cuando comenzó la catástrofe… y no podíamos tomarnos la molestia de avisar a nuestros conocidos sobre el improvisado plan.
Ahora cierra los ojos, pero no le creo, no está dormida; ella también escucha los gritos, el sonido de otra de esas malditas bestias al arrancar y tragar la carne de su víctima, sus vísceras, su cerebro.
Lo sé, yo también puedo escuchar todo como si estuviera sucediendo aquí, dentro de mi cabeza.

Comenzó la cacería. Todos los enfermos fueron trasladados a campos de concentración en zonas desérticas, mientras los científicos encontraban una cura. Al menos eso dijo el gobierno. En el fondo, todos sabíamos que sólo esperaban su muerte, así erradicarían todo mal. Así terminarían con todo; a fin de cuentas, eran pocos comparados con los millones que eliminaron durante la guerra.
Tras años de estudio y miles de muertes, descubrieron una especie de solución orgánica derivada de berenjenas genéticamente alteradas que, mezclada con sangre de ciertos animales, evacuaba la enfermedad del cuerpo humano y evitaba que éste volviera a adquirirla.
Fue probada en pequeños grupos que reaccionaron favorablemente. El único inconveniente hasta entonces era que su piel alcanzaba un tono morado. La hipótesis de los científicos era que se debía al fruto del cual se había obtenido la cura. Fuera de ello, no había ningún otro problema…

El último niño que quedaba en el refugio murió ayer. Era de esperarse; tenía seis años y había sufrido mucho con la enfermedad. Su madre decidió suicidarse, así que escapó de la alcantarilla. Laurif trató de detenerla mientras subía, pero ésta le pateó la cara y finalmente salió. No escuchamos un sólo un grito, pero estuvimos seguros de que había muerto cuando uno de sus ojos verdes cayó sobre mi cabello.
Vomité.
Soy un hombre valiente, soy un hombre valiente. Entre más lo repito, más pierde el sentido. Laurif, ¿me escuchas? Soy un hombre valiente, soy un hombre valiente…

No pasó mucho para que perdieran el juicio, su humanidad. Escaparon de los campos de concentración y empezaron a comer carne humana, a terminar con todo, con lo que quedaba de la civilización.
Podemos escondernos, pero ellos encontraran la manera de atraparnos, no son tan estúpidos. No obstante, eso no es lo peor. Descubrimos que el brote del que partió todo no había sido extirpado por completo.
Ahora nosotros estamos contagiados.

Poco a poco todos moriremos de hambre, asesinados por ellos o por el virus, qué más da. Me pregunto de qué modo avanzará el tiempo cuando la raza humana se termine.
No lo sé.
A quién engaño... yo no soy un hombre valiente.

lunes, 8 de marzo de 2010

Aqui, sin poder sacar el stress con violencia deportiva...

Pues como les habia comentado, la operación es practicamente segura, todavia no hay fecha, ni si quiera he ido al ciujano para valoración, pero ya saben como es el seguro, a menos que te estes muriendo tienes que hacer todo el tramite burocratico. Y bueno, con esto vienen un par de limitaciones en lo que son peras o son manzanas:

1º Evitar sobresfuerzos en el abdomen superior, osea, ya me chingue por que no conozco deporte que no use el abdomen. Igual y despues que me vea el cirujano llegue a poder usando una faja, vendandome o algo asi.

2º Les comente alguna vez mi famosa dieta que nunca seguia? pues ahora si la tengo que seguir, adios cafe, chocolate, mostaza y todo lo bueno de esta vida, al menos en las cantidades que acostumbro, y del alcohol ni hablar, abstemio hasta nuevo aviso, justo cuando me empezaba a gustar.

Pues de momento no hay necesidad de preocuparse, sigo en pie, y no se pa' cuando me operen, cuando ya tenga la información les digo para que vayan a visitarme aun que sea para burlarse de mi, pensaba hacer reunion en mi casa para mi cumple, cae en viernes igual y si, yo les aviso, yo me la pasare con agua de horchata mientras ustedes se embriagan.

Pues nos estamos viendo, igual y me aparezco el miercoles, todo depende de como queden mis citas con el doctor.

cuidense.

viernes, 5 de marzo de 2010

Los Amantes (In That Substandard Motel)

hey there!!
Pues bueno, hoy con depresión por no ver Alicia, medicamentos para mi sore throat y mi felicidad aún no superada (weird, estar felizmente deprmida lol) , mi mente se relajó y me puse a escribir, así que si gustan leerme háganlo, si no..pues no xD, y si sí, pues comenten ¿no? duh....
luv you all, odds.



Los amantes (In That Substandard Motel)

Muy seria, joven y elegante, no era capaz ¡cómo podría! unos decían. Arrogante. Mucho. Pero ¿cuándo la belleza se ha apartado de su mejor compañera? Rara vez, meditaban otros. ¡Él era el culpable! ¡Él! ¡Él!, señalaban otras manos.
¡Orden!
La sala permaneció en silencio y el fiscal llamó a testificar al primer testigo –a quién nos referiremos como Señor Sazo, a petición del mismo, con el único propósito de salvaguardar el anonimato de tan valiente persona –. ¿Dónde se encontraba aquella noche? Preguntó con su estridente voz el fiscal, escudriñándolo con la mirada. Tembloroso, el Señor Sazo respondió que no recordaba, que ni siquiera conocía a aquella pareja desquiciada. No esperaba que conociera al hombre, indicó el fiscal, pero sí a la mujer, y, con toda la sutileza que pudo, le recordó que lo mejor para él era cooperar o de lo contrario se encargaría de abrir un caso acerca de los turbios sucesos que en su más que deficiente motel se daban con su pleno conocimiento.
Así que la historia era esa. Sí la conocía. Esa mujer seria, joven y elegante no podía pasar desapercibida en un motel como el del Señor Sazo. ¿Cómo habían llegado? No en auto. No sabía cómo habían llegado, su recién recuperada memoria sólo le permitió retroceder al momento en el que ella y su acompañante habían pedido una habitación, minutos antes de la media noche, diez, cinco minutos, pero media noche. ¿Quién la pidió? Él la pidió, ella ni siquiera pronunció palabra. Les dio la llave del 105 y les indicó cómo llegar a ella, el hombre dio las gracias y él y la mujer avanzaron hacia las escaleras y los perdió de vista. Fin del asunto. Nunca supo a qué hora se suscitó aquello o a qué hora la habitación fue abandonada.
El Señor Sazo se sintió muy aliviado de dejar en su lugar ahora a Ryan Pérez –“el Rallan Pi”, como dijo que sus amigos le decían y señaló que cualquier persona presente podía sentirse libre de hacer lo mismo, comentario que fue ignorado cortantemente por el fiscal –, taxista. ¿Conocía a la mujer? Tal como conocerla, no, fue la respuesta, pero había llevado a la pareja al inmueble del Señor Sazo. ¿Qué había hecho después? Circuló por la zona alrededor de media hora y percatándose del poco provecho de la acción, dio vuelta y pasó por la misma calle donde había dejado a sus previos pasajeros. ¿De qué se había dado cuenta? La misma mujer, esa que estaba en frente de él en ese mismo momento, ella, sí, sí, ella, estaba sola parada sobre la banqueta, bolso colgando y polvo compacto en manos. Le preguntó que si el asunto había tardado tan poco y si necesitaba transporte de nuevo. Recordó la mirada de la mujer observándose en el espejo, y su perfecta y disimulada sonrisa, y su arrogancia al mirarlo a él, pero eso no valía la pena mencionarlo. ¿La transportó de nuevo, entonces? Así había sido, sí. La llevó a Insurgentes Sur, y después de pagarle los ciento tres pesos –que había marcado su taxímetro con tarifa nocturna y que habían sido pagados con un billete de quinientos para el que no tuvo cambio, mismo que tampoco había sido pedido –, la había bajado en Francia y hasta el presente día volvía a saber de ella.
¿Qué dice usted al respecto? Dijo el fiscal cuando la señorita Marieta Icurriña, seria, elegante y con un gesto que le robaba jovialidad, estuvo sentada donde minutos antes había estado Ryan Pérez. Su defensa ya no podía hacer nada por ella, sin embargo la ley le otorgaba el derecho, el privilegio –por ser ella – de defenderse y dar pruebas de sus palabras. ¿Motivo de aquel encuentro? Negocios. Estrictamente negocios. ¿De qué tipo? ¡Personales! La conmoción en los presentes no se hizo esperar. El fiscal miraba al jurado pero señalaba a la señorita Icurriña, porque ella, seria, joven y elegante, había asesinado a Bernardo M. del Pino. Serena, firme y con la misma sonrisa que el joven Pérez la había recordado, sacó su pañuelo de la manga de su sacó color crema para secarse las gotas de sudor que aparecieron en su frente. Con toda delicadeza lo dobló y lo devolvió a su lugar. ¡Debía reconocerse que un crimen había sido cometido y que los apellidos no importaban! indicó fervientemente el fiscal. ¡Él era el culpable! ¡Él! ¡ÉL! Volvían a gritar los allegados de Marieta.
¡Silencio! ¡Silencio!
¿Acepta que fue usted la que persuadió al señor M. del Pino a tener ese encuentro en un motel de mala muerte, que lo sedó y que lo apuñaló hasta dejarlo sin vida esa misma noche? Lo aceptaba. Para qué negarlo. Un crimen con muchos defectos, y claro, debía haberlos debido a la ineptitud de la victimaria, decía el fiscal satisfecho con su actuación, pero la razón aún permanecía oculta. ¿Qué había sido, señorita Icurriña? ¿Acaso su amante quería hacerle saber a su prometido la relación que tenían? ¿Por cuánto tiempo lo ocultaron? La sonrisa seguía en su lugar. Marieta Icurriña levantó la mirada y dijo simplemente que aquella pregunta la debía contestar su prometido, puesto que ella había actuado en cuanto supo lo que pasaba. Era culpable, había asesinado a Bernardo M. del Pino, pero no por alguna de las suposiciones estúpidas del fiscal. Bernardo no había sido su amante, era el amante de su prometido.
¡Él era el culpable! Gritó señalando impetuosamente a su prometido, que ya salía a paso rápido de la sala. ¡Él!
There was a terrible crash.

jueves, 4 de marzo de 2010

Liquido

Well oddsociety... aqui está el cuento que yo mandé a punto... ojalá Gabriel y Asura hagan lo propio!!! n_n So long!


El techo se escurría por las paredes. Era como si todo se hiciera más pequeño mientras mis ganas se apagaban. El aroma a tabaco que se impregnó desde hace años en mis manos y dejó completamente amarillo mi dedo anular, era el olor de toda la habitación.
Minerva tenía la piel clara y sus ojos parecían hundirse en las pestañas cafés que los enmarcaban; en sus hombros retozaba el principio y el final de los sueños. Yo seguía en la misma silla giratoria. Mi cabeza estaba repleta de volutas transparentes que no dejaban a mis pensamientos fluir del todo. Dentro de cada idea se mezclaban los sinónimos de la mujer que dormía en la habitación; mientras yo seguía estático con el cigarro ahogándome más que la ansiedad, pero sin gana alguna de detener su consumo, todos sus nombres inventados por mi ocio, que ahora era menos, descansaban en mi insomnio preocupándose por nada, que no fuera el reloj del escritorio y sus números rojos avanzando como amenaza sobre todas las horas que no dormía.
El tiempo parecía ir más rápido cuando cerraba los ojos y me encontraba con el sabor cítrico que tenían mis pesadillas al verme de frente. El techo seguía contrayéndose líquido, lleno de minutos sobre el escritorio. Yo lo aludía a la falta de los medicamentos que no había tenido tiempo de comprar, o al exceso de trabajo en el que llevaba viviendo desde el inicio del proyecto. Mi dedo índice estaba congelado en el segundo en el que la madrugada me encontró haciendo bolas de papel con los planos y temblaba maliciosamente por lo que mi pulso se mantenía inestable. Mis labios estaban completamente secos a causa del café y la tensión atormentaba una a una las neuronas dentro de mi cabeza, que podía sentir reventarse por las comisuras cerebrales.
No conseguía terminar los planos; había trazado la misma línea del alzado demasiadas veces antes de darme por vencido, caminé por el pasillo; mis ojos parecían arrastrarse sobre el piso desde la esquina del estudio, hasta la puerta donde brillaban los números del microondas. Entré a la cocina, caminé tres pasos hacia el estante donde los vasos terminaban con la pared.
Tenía todo calculado; el borde, la hoja lisa, el remarque exacto y el sentimiento de vacío que debía provocar el mirar a través de la ventana, colocada a tres metros del piso en una escala reducida sobre el ático. El plano se dibujaba en mi cabeza con las mismas líneas verticales y horizontales medidas a precisión, estaba acabado idealmente pero no lograba trazarlo.
Tomé una taza que introduje al microondas. El zumbido de mi cabeza permanecía estático en el punto entre mi sien y mi frente; entonces me serví en un vaso tres cuartos de líquido, el agua se mezcló con mi saliva en la garganta cuando escuché la respiración de Minerva levitar en el aire desde la recámara. El ruido lograba hacerme sentir invitado a descansar junto a ella y tirar hacia algún lugar calcinante a la horda de lápices que permanecían casi sonriendo en la lata del escritorio; ellos sabían que estaba ocupado, por eso no cesaban las muecas ridículas que los hacían parecer caricaturas de mi propio miedo atascadas y afiladas una tras otra junto al reloj.
Había un sonido grave de vacío en mi oído izquierdo y mi dedo índice temblaba aún. La hoja seguía tan blanca como al principio, igual que todas las ideas lineales que se paseaban por los periodos de lucidez en mi cabeza.
Afuera, el mundo parecía más brillante, terminado. Con sus bordes marcados y sus finales nítidos. Las nubes deambulaban oscuras sobre el cielo y mis ojos inflamados rogaban por poder quedarse fuera del cuarto donde el tiempo se contraía.
No me quedaban más que algunas horas, llevaba trabajando en esto más de una semana y los planos estaban casi terminados, excepto por el último pliego; el del tercer piso del lado oeste, donde el ático parecía desvanecerse y hacer polvo mis progresos: la ventana hacia el jardín. Era ella el problema. No parecía tan concluida como todo lo demás, era un punto ciego en el panorama, no era posible para mí dirigirla hacia ningún lugar, pero no podía prescindir de ella.
El haz de luz pálida que proveía la ventana sublimaba mis ideas para convertirlas en sueños. A través de ella se salía todo lo demás que parecía entonces mal hecho, como si el conjunto sólo perteneciera a esas líneas en ese lugar preciso y sin esa ventana bien colocada todo se volviera un sueño que no podía ser trazado, sólo una sombra.
Justo en el momento en que hacía conclusiones sobre la luz en la ventana del plano, escuché los pasos de Minerva salir de la cama, sobre la duela los crujidos eran una solución de sonido sin ritmo, que quedó en silencio al llegar a la alfombra del pasillo; entonces imaginé sus pies casi reptando con pasos que intentaban, sin lograrlo, ser iguales uno tras otro, hasta llegar al marco de la puerta donde yo trabajaba.
Volteé como por impulso cuando percibí su sombra a la entrada de la cocina iluminada por los números del microondas. La conjunción de la ventana, de la luz y de las líneas estaban del otro lado de la puerta, entonces se abrió y un haz blanco atravesó la cocina, para llenar de luz mi estudio; mis ojos no podían ver sus pupilas hundidas en las largas pestañas marrones ni sus labios, más afilados que de costumbre.
Sus manos largas sostenían con las uñas enterradas un lápiz enorme que, con una sonrisa cínica, me atravesó por el centro de la frente. El dolor llegó a mi cerebro en segundos y los colores del plano se esparcieron en la habitación que perdió los bordes y se llenó con cuadros perfectos. Todo a mi alrededor desapareció tras el sonido del microondas que avisaba que mi café estaba listo.
Cuando abrí los ojos, ya había amanecido, yo permanecía en el mismo sitio sobre el último pliego inconcluso. Minerva seguía existiendo sólo en mis sueños, como una alegoría terrorífica de la perfección inalcanzable y los lápices de la lata habían dejado de reírse para dar paso al vacío en el pecho y el dolor en el centro de mi cabeza, que se sentía al mirar al través de la corta ventana del ático, que tenía de frente.

La niña abrió los ojos, y dejó de hablar. El hombre vestido de negro la miró de frente como rara vez pasaba en ese tipo de lugares. -¿Con qué lo relacionas?- preguntó el hombre con voz seca a la niña que estaba aún acostada en el sillón rojo de la sala.
Ana quería levantarse, ese lugar le causaba más frío del habitual, aunque en la primaria todos se alejaban porque aún a medio día y bajo el sol sus manos siempre estaban frías. A ella no le importaba, pues sus viajes a la realidad se hacían más cortos cada vez y justo cuando algo estaba por llamar su atención su imaginación creaba un nuevo escenario.
El golpe en la cabeza que su madre le había dado contra la pata de la cama cuando su esposo las abandonó, causaba en la niña lapsos de pánico, de olvidos y de terrores nocturnos en los que soñaba una y otra vez con ataques de sus juguetes, lápices e incluso de su comida cuando estaba sola en la habitación que tenía en el ático de la abuela.
-¿Relacionarlo? ¿Qué? Mi padre también es arquitecto como yo, él solía decir que las paredes se contraían cuando trabajaba demasiado. -¿De qué estaba hablando? ¿Dónde está mi mamá?, papá volverá a casa esta noche, ya no puedo estar aquí – Dijo Ana, mientras abrazaba más fuerte a Minerva, la muñeca con pestañas enormes que su padre le había dado la noche de su cumpleaños; un día antes de desaparecer.
Tinta Endeble

viernes, 19 de febrero de 2010

The more I feel... the less I would like to know....

Que confuso es esto de estar vivo y saber que existes... parece el inicio de un párrafo exitencialista adolescente de una chica con problemas mentales pero entre la escuela y mis pocas ganas de hacer la tarea para el lunes, el martes y el miercoles y el jueves siguiente, me preguntaba si todo lo que uno vive tiene que ser extremo, o de verdad existe la posibilidad como diría mi psicopat(analista) de cabecera de mediar todo para tener tiempo de ser feliz al mismo momento que el estrés y las ganas de ahogarte te consumen. JAJAJAJAJAJA
No es que planee un suicidio repentino, pero zaz vaya que es díficil esto de la imaginación y ser una serie de televisión gringa en región 4 y al mismo tiempo intentar licenciarte en literatura inglesa... JAJAJAJAJA

Y ustedes society?? Tell me I'm not the only lunatic in the Earth....

martes, 9 de febrero de 2010

St Valentine's Day?!!

Well no soy fiel seguidora de este tipo de cosas




JAJAJAJAJAJA Pero esta rola es la ondaaaa es la cancíón de amor más perfecta que jamás he oido jajajajajaja

jueves, 28 de enero de 2010

Consulta rapida...

...y esta vez no es amorosa.

Simple y sencillamente se trata sobre los horarios del curso de defensa personal, y dado que seran mis primeras conejillas de indias, que diga, victimas, corrijo, alumnas... necesito saber en que horario les que da mejor:

-lunes y miercoles de 3 a 4:30, o 2:30 a 4.
-martes y jueves de 3 a 4:30, o 2:30 a 4.

Recuerden, para ustedes no tendra ningun costo mientras se compromentan a cumplir y ser constantes, con su asistencia me ayudan a mi, ya que el ver que tengo alumnos ayuda a la mercadotecnia, asi mismo si ustedes invitan mas gente (hombres y mujeres) me seran de ayuda.

Por eso mismo les consulto que les conviene, los carteles los comienzo a pegar el viernes 5 probablemente, dando tiempo para que me digan que horario les queda. Sugerencias son bien recibidas.

P.d.: Martin y Aldo estan incluidos, pero como se habla por mayoria uso el genero femenino.

Atte: Sensei Rodrigo Vega

Fundador de Ronin Artes Marciales (o quizas Ronin Martial Arts, nombre por decidir...)

TWO MORE, BUT LAST, CHAPTERS

hey there!
Cómo andan odds? Espero que bien y que estén disfrutando de los últimos días de vacaciones, yo en particular no... ayer me enfermé de no sé qué, pero he tenido fiebre y supongo que hoy iré al médico, pero me tomé el tiempo de subir de nuevo esta cosa de las ardillas psicodélicas ya que debo estar reposando las carnes T.T Bueno, dejen su comment, a partir de estos dos caps, la historia se vuelve todavía más fumada y toma tintes dramáticos estilo teidiotiza o tarazteca xD de los que estoy segura ya no querrán saber, anyway podrán reírse. De nuevo disculpen cualquier incoherencia ya saben el estado de mi mente... Cuídense. Los veo pronto!

BTW, propongo que para febrero escribamos un cuento o algo sobre la amistad, me caga el 14 pero bueno, algo bueno se le puede sacar a ese día...

Hendel
xoxo


CAPITULO II. Las avellanas asesinas… la salvación de las nueces

Hemily y Topochicken ayudaron a sus amigos, Aldrede tenía unos raspones en los brazos ya que había tropezado al momento de correr, Synkren inmediatamente fue a ver cómo estaba Vilis, quien tenía los ojos cerrados por el dolor que le había causado el golpe, Pat trataba de disimular que no le dolía el cuerpo, pero era un intento fallido ya que su cara de dolor expresaba todo. Vilmanta estaba en un estado de ausencia muy extraño…
- ¿Qué pasó?- preguntó Topochicken y aunque Hemily ya tenía la respuesta prefirió quedarse callada.
- Pues no sabemos exactamente qué pasó, pero en cuanto se fueron unas cosas extrañas empezaron a atacarnos desde aquel árbol…- dijo Pat
- Me destrozaron la nariz con las piedras que lanzaron – intervino Mapch, todavía sangrando
- No eran piedras, tontos –interrumpió Hemily levantando una pequeña cosa color canela que se encontraba en el suelo – Son avellanas…
Si no hubiera sido por el tono muy serio con el que había dicho “avellanas” (y porque todos estaban lastimados) la verdad es que se hubieran reído de tal observación. Topochicken miró a Hemily y por fin entendió la advertencia que le había hecho.
- Es verdad, son avellanas. – confirmó Topo.
- ¡Pero qué son estás ridiculeces! ¿Quieres decir que estamos golpeados por unas estúpidas avellanas?- dijo Synkren con cara de incredulidad y enfado.
-No son simples avellanas, son… ¡NOOOO!- Hemily gritó y todos voltearon hacia donde ella miraba: Vilmanta estaba a punto de comer una de esas avellanas.
Ya era muy tarde. Vilmanta había ingerido la avellana.
Hemily corrió para hacer que Vilma la escupiera pero ya no había solución. Vilmanta cayó al piso, comenzó a convulsionarse y un líquido de color amarillo salía de su boca mientras sus ojos se tornaban de color rojo. Topochicken intentó levantar a Vilmanta y ésta lo golpeo en la cara, trataron de ayudarlo Mapch, Pat y Aldrede, pero fue un fracaso pues logró soltarse. De repente pasó algo que nadie se esperaba: el cuerpo de Vilmanta comenzó a hacerse pequeño, su piel se cubrió de un pelaje castaño, de su boca salieron pequeños dientecillos y una pequeña ardilla salió corriendo de donde unos segundos antes yacía Vilma. Ahora formaba parte de la secta de Ardila.
- Están en peligro. – dijo Hemily antes de que todos le preguntaran que estaba pasando.
- Dinos qué fue lo que pasó… ¿Por qué Vilmanta se convirtió en una ardilla? –preguntó Topochicken
- Ya hablé contigo de esto, sabes perfectamente por qué pasó. Y de una vez les digo que tienen que tener cuidado, a partir de este momento podemos morir.
Todos miraron a Hemily incrédulos por lo que tuvo que explicarles lo de Ardila y toda la historia que ya antes le había contado a Topochicken.
- O sea que tu ardilla piensa vengarse de ti haciéndonos daño por ser tus amigos y todo porque se quedó tuerta…. –razonó Karovsky después de la explicación
- No puedo creer que no nos hayas contado la verdad, Hemily. Se supone que somos tus amigos. –dijo Pat.
- Entiendan que no era por ustedes, esto era algo que debía quedarse siempre en secreto… y ahora vean las consecuencias, Vilmanta ha sido transformada y seguramente Ardila la va a matar en cuanto llegue al bosque.
- ¿Y qué podemos hacer? Tú nos metiste en esto así que tú debes saber cómo salvarnos –dijo Aldrede.
- Por ahora lo único que puedo hacer es darles estas nueces, en caso de que crean que están en peligro deben comer una. No se preocupen, nunca dejare que ellas los lastimen. Se los prometo.

CAPITULO III. Sufrimiento de las Ardillas

Hemily les dio a cada uno de sus amigos sus nueces, y aunque todavía no asimilaban lo que había pasado, decidieron apoyarla pues esa noche estaba decidida a afrontar a Ardila… pasara lo que pasara. Pero todavía tenía que hacer que Topochicken hablara, él era parte fundamental del por qué de la venganza de Ardila y si lograba averiguar lo que Nutela le había ocultado, inmediatamente pararía los planes de La Ardilla Tuerta.
Hemily se despidió de todos, regresó a su casa donde creyó que no encontraría a Nutela. Sin embrago no fue así.
- ¿Qué haces aquí? – le dijo Hemily, agresivamente.
- ¿Por qué me hablas así?
-No finjas que no sabes nada, Vilmanta está en peligro y todo porque no me dijiste cuáles eran los planes de tu hermana. Me traicionaste, Nutela.
- No, Hemily… no sé de que me hablas, ¿Qué pasa con Vilma?
- Ya basta de mentiras, Nutela, tu hermana la tranformó para secuestrarla y no me dijiste nada.
- Yo no he visto a Ardila, se fue desde el día que hablamos sobre su venganza.
- ¿Se fue? ¿A dónde se fue?
Los planes de Hemily se habían arruinado, confiaba en que Ardila seguiría en el bosque y que así sería más fácil arreglar todo.
- A la cima de la montaña, se llevo a todas las ardillas y según sé, tiene amenazadas a algunas…
- Iré a buscarla de todas maneras.
- No vas a poder…hay trampas en el bosque, seguramente lo lleno de avellanas asesinas.
- Eso no me importa. Nutela, si quieres que vuelva a confiar en ti debes decirme qué tiene que ver Topochicken en todo esto y esta vez no huyas.
Nutela la miró fijamente.
- Topochicken no es tan bueno como tú crees, Hemily. Él dañó a Ardila, no me preguntes cómo porque no lo sé, ella nunca me dio detalles pero te culpa a ti de lo que le pasó. Ya te lo había dicho, Hem, tienes que hablar con Topochicken, él tiene la respuesta a todo.
Hemily omitió el comentario sobre Topochicken y continuó:
- Hablé con él, pero no me dijo nada de lo que yo no estuviera al tanto, además no acabamos esa plática porque en ese momento empezaron a atacar a los demás, y después lo de Vilmanta… Tengo que salvarla, mañana iré a la montaña.
- No puedes ir sola, te harán daño, por favor no vayas. Déjame ir a mí, yo hablaré con Ardila y todo se solucionará.
Nutela abrazó a Hemily pero ella la apartó y salió de la casa decidida a acabar con los planes de Ardila.

Pasaron los días y nadie sabía nada de Hemily, sus amigos empezaban a preocuparse y la situación se ponía peor cada vez pues ya habían sido atacados otras dos veces y ahora todos tenían heridas más fuertes, las nueces eran de mucha ayuda pues como había dicho Hemily los salvaron de muchos intentos de homicidio ardillezco.
- ¿No les parece que deberíamos ir a buscar a Hemily? ya hace muchos días que no viene a la escuela. –observó Karovsky.
- Vamos a su casa esta tarde- sugirió Pat
- Y no voy, no me pienso arriesgar a que me pase lo mismo que a Vilma- dijo Synkren
- Yo tampoco… estaríamos locos si vamos, recuerden lo que dijo “están en peligro”- agregó Vilis, y Mapch, Aldrede y Topochicken asintieron con la cabeza.
- No lo puedo creer…Pero está bien, como quieran. Yo sí quiero saber qué pasa con Hemily- Karovsky estaba indignada con los demás.
- Yo voy contigo – dijo Pat.
- No la van a encontrar en ningún lado.
De la nada había salido esa vocecilla, miraron hacia todos lados y no vieron a nadie, hasta que un pequeño ser peludito se paró en frente de ellos: era Nutela.

sábado, 2 de enero de 2010

Las Ardillas Psicodélicas

Hendel says: wotdafu#ck!
Esta entrada debería llamarse en realidad '¿Qué drogas le daban a Helena cuando iba en la prepa?' lol anywho... bueno, como veo que el ánimo anda medio decaído por estos rumbodds, compartiré con ustedes la mamada más grande jamás escrita -después de Twilight, obviamente-con el único propósito de arrancarles o una sonrisa o mínimo un 'no maaamsss!'. Explico, la historia salió por la mamadas que en mis tiempos preparatorianos, mi amigo Gabriel -Topochicken- decía de mi humilde hogar en el bosque y mi ermitaña vida con las supuestas ardillas xD, de ahí yo empecé de pura broma a escribir y lo que empezó como pura estupidez paso a una batalla campal onda "de lor of de rins" con seres bizarros, ardillas asesinas y más...pero como no pienso exponer mis pendejadas al máximo, sólo publicaré el primer capítulo de esta bizarra historia por la razón ya mencionada al comienzo de este rídiculo pero necesario preludio. Así, dicho todo, aquí va mi gran aventura de la literatura topochickeneana.
Luv ya all!

PS. Si está mal redactado es porque fue escrito cuando iba en 4o-5o de prepa y tenía muy mala redacción. No excusa, lo sé. Lo edité pero aún así quise salvar partes sólo para que vean la imbecilidad (existe esa palabra? xD) del asunto.

LAS ARDILLAS PSICODÉLICAS
CAPITULO I. Terror en el Ajusco

Era una noche terrible para los habitantes de Ajusco, hacía mucho frío y un fuerte viento azotaba las ventanas de los hogares de aquellas personas…
En las afueras de aquel pueblo, donde comenzaba el camino que ascendía hacia el cerro y donde los árboles se juntaban más, vivía una niña llamada Hemily, era muy extraña; ninguna persona del pueblo se acercaba a más de veinte metros de su casa, pues había una leyenda que contaba que hacía muchos años, nadie sabe cómo ni quién, aquella parte del pueblo había sido hechizada, dando vida a algunas cosas y animales. Unos afirman que fueron las brujas pero la realidad es que la verdad ha permanecido desconocida, y puesto que esta historia había sido contada ya tantas veces, nadie sabía con certeza la veracidad de los hechos. En fin, prosigamos con nuestra historia. Aquella noche no había ni un alma afuera de casa de Hemily, pero, a pesar del terrible tiempo que estaba haciendo, a lo lejos se podía escuchar un sonido muy extraño, como el sonido de muchas personitas hablando en voz baja, era un sonido triste y agobiante. Sólo una persona sabía lo que pasaba.

Hemily, quien vivía con su mamá, se despertaba temprano para ir a la escuela, rutina que debía siempre ser llevada a cabo y sin excepción después comer su delicioso sándwich de crema de avellana.
Los amigos de Hemily eran Karovsky, Vilmanta, Aldrede, Synkren, Vilis, Mapch, Pat, y Topochicken. Ellos la conocían perfectamente y sabían que de un tiempo para acá las cosas no estaban bien con ella, había habido un cambio muy extraño, ya no era la niña de antes, y aunque seguía comportándose “normal”, las cosas no eran las mismas. Sin embargo, nadie sospechaba lo que había sucedido, nadie se imaginaba que detrás de un maravilloso paisaje se encontraba la más grande maldición que alguien hubiese conocido.
Los días continuaban y todavía nadie sabía nada, hasta que un día en la recámara de Hemily se volvieron a escuchar los mismos sonidos de aquella noche fría. Sigilosamente, Hemily subió a su habitación, cualquiera pensaría que estaba loca como para subir sola pero ella sabía muy bien lo que pasaba. Estaba cerrada, los sonidos la indignaron todavía más.
Cuando abrió la puerta vió a Nutela, su ardilla favorita, encima de otra ardilla, o más bien, no precisamente encima, no, pero Hemily dedujó que estaban jugando al caballito, pues la ardilla que estaba abajo de Nutela y ella parecían muy agotadas, pese a eso seguían jugando y al mismo tiempo hacían exclamaciones y sonidos muy, muy extraños (que sólo Topochiken podría describir). Al parecer no sabían exactamente cómo jugar al caballo. Cuando se percataron de la presencia de Hemily en el cuarto dejaron de jugar, lo cual tranquilizó a Hemily pues parecía que de un momento a otro las dos ardillas se desmayarían.
Segundos después del incidente ocurrido, Hemily se acercó para hablar con Nutela – a esta ardilla no le gustaba mucho su nombre pues decía que hacía referencia a una hembra mientras que era un macho, pero eso no importaba ahora –, y cuando ésta la miró se dio cuenta de que lo que le iba a decir no era nada bueno, pues veía que la niña estaba preocupada.
-¿Qué pasa, Hemily?- preguntó Nutela, cuando la otra ardilla salió por la ventana.
-Me he enterado de algo que está pasando y quiero que me digas la verdad. –dijo Hemily con un tono frío en su voz.
-¿Qué quieres saber? –la voz de Nutela comenzaba a hacerse más frágil y nerviosa.
-¿Es cierto que Ardila, tu hermana, ha planeado una venganza en contra de mí porque piensa que yo soy la responsable de la pérdida de su ojo?
Nutela comenzó a llorar y le respondió con lágrimas en los ojos a Hemily
-Es verdad. Ardila no es la misma desde que perdió su ojo. Tienes que comprenderla... no es fácil que seas conocida como "la ardilla tuerta" y te lo recuerden todos los días...
-Pero tú sabes que yo nunca quise que eso le pasará, sabes que yo no dejaría que alguien las dañara. Lo extraño aquí es que no recuerdo cómo paso... no he podido recordar cómo es que perdió el ojo.
-¡Topochicken!
-¿Qué tiene Topochicken?
-Él estaba aquí cuando Ardila perdió el ojo. Tú me lo dijiste. Él tiene que saber cómo sucedió y hasta podría hablar con ella para explicarle que no fuiste tú y así podríamos evitar que pase algo más.
-Tal vez tengas razón... pero recuerda que nadie sabe que ustedes existen. Tengo que pensar muy bien lo que voy a hacer—permaneció meditando –. Tengo que saber algo más ¿Cómo piensa vengarse Ardila de mí? Si sabes algo debes hablar.
Nutela se quedó callada, Hemily la miraba intensamente pero la ardilla se había convertido en un bloque de hielo. Al parecer la pregunta la había perturbado y no hubo algún signo que indicara que respondería por el momento.

Al día siguiente Hemily seguía pensando en la conversación que había sostenido con Nutela, no había dormido bien ya que la idea de que Ardila quería vengarse por una razón de la que ella no era la verdadera responsable, era agobiante. Lo más frustrante era que Nutela no había respondido nada cuando quiso saber de qué tenía que cuidarse...Empezaba a dudar de Nutela. ¿Tendría que confiar en ella o cuidarse las espaldas por el riesgo de que un buen día le lanzaran una avellana en la cabeza? Al fin y al cabo, Nutela y Ardila eran hermanos y por más que Nut quisiera a Hemily era obvio que si la situación llegaba al punto en el que debería escoger a alguien, ese "alguien" sería su hermana. Esos pensamientos vagaron todo el día en la mente de Hemily y no se le ocurría nada para averiguar algo sobre la dichosa venganza.
Ya en la escuela , Hemiliy quiso olvidarse un poco del tema y estuvo con sus amigos. Karovsky se encontraba cantando tirada en el piso junto con Pat, Vilmanta se reía a carcajadas mientras Topochicken llamaba a Aldrede "pene de vaca" entre cada oración. Vilis, Synkren y Mapch, abrridos, sólo observaban el panorama pues el día estaba muy nublado, de repente se miraban incómodos y aturdidos por la risa de Vilmanta. Hemily se encontraba inmersa en sus pensamientos hasta que se decidió a hablar...
-Topochicken... ¿podemos hablar? –dijo la niña levantándose del lugar donde se había dispuesto a comer su segundo sándwich del día, que esta vez era de un kilo de queso de leche de ardilla.
-Claro –respondió desconcertado por la seriedad de su amiga y se alejaron del lugar, lo cual le extrañó a los demás.
-¿De qué quieres hablar? –dijo Topochicken un poco preocupado por el semblante de Hemily.
- Esto es algo serio Topochicken y sé que tú sabes la verdad –el tono de la voz de Hemily era bajo, y las palabras denotaban nerviosismo –. Yo sé que sabes cómo sucedió todo... Tienes que decirme como perdió el ojo mi ardilla. Debes hacerlo.
- ¿Esto es una broma? –dijo Topochicken con el ceño fruncido.
- No.
- No entiendo ni sé de qué me hablas
- Algo terrible va a pasar si no me dices cómo perdió el ojo mi ardilla...
Al notar el evidente y sincero desconocimiento de su amigo, Hemily decidió decirle la verdad a Topochicken sobre el asunto de sus ardillas parlantes y de la venganza de Ardila. Topochicken no podía creer lo que estaba oyendo y sin embargo dijo:
-Ya me imaginaba algo...Sabía que no había tomado alucinantes cuando vi a una ardilla hablar el día que fuimos a tu casa. Ahora recuerdo, por eso estabas tan alarmada ese día: porque tu ardilla había perdido su ojo.
- Así es, el problema es que no recuerdo cómo pasó y ella piensa que yo fui la responsable, y por más que trato es como si alguien se hubiera llevado mis recuerdos…
De repente se oyeron gritos y éstos provenían del lugar donde estaban sentados lo demás. Corrieron hacia el lugar y se percataron de que había sangre en el piso. Vilis tenía un fuerte golpe en la cara, Karovsky tenía el labio roto y trataba de ayudar a Mapch, a quien le sangraba la nariz. Los demás habían logrado protegerse, no obstante, Hemily se dio cuenta de que la venganza había empezado y de que no sería únicamente contra ella, sino contra todos los que estaban a su alrededor.

The Odd Survey! ¿Por qué las chicas de las películas (Dr. Jekyll and Mr. Hyde) Nunca saben que el monstruo está tras ellas?