viernes, 13 de noviembre de 2009

Feliz Cumple, Mara!!!!

En vista de todas las madres que tenemos que hacer para la escuela no se pudo organizar algo chido para este día u__u, ni siquiera pude comprarte algo especial....
Pero te dejo este videito que estoy segura te pondrá de buenas, el baile les quedó bien pro a estos chicos, además parece una buena rutina contra el estrés xD. El grupo se llama Le Tigre y la canción Deceptacon.
Disfrútalo mucho!!! Felicidades y un abrazooo, jon! <3<3<3 and see you later :)

jueves, 5 de noviembre de 2009

Musicodd # 2

Últimamente he andado muy traumada con el post-rock, tal vez no sólo porque la música esté compuesta de un modo complejo que te permite llevar la imaginación a puntos impresionantes, sino que también relaja y mantiene la concentración. Aunque varios dicen que no les gusta porque les duerme y todas las canciones suenan igual. ¬¬
Pero bueno, por eso les dejaré esta canción de Sigur Rós llamada Untitled #1 (Vaka), que no sé si puedan denominarse propiamente post-rock pero son muy recomendables para iniciarse en este género.
El video está dirigido por mi novia Floria Sigismondi xD. La verdad es que es uno de los videos más tristes que he visto pero lo que cuenta es el mensaje.
Véanlo antes de que nos cobren impuestos por existencia.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

SHARP DISTRESS

Hey freakooos!! Hoy no tengo mucho qué decir, entonces sólo espero que les guste mi cursi y estúpida fumadez, de repente la inspiración regresa a mí, me usa un rato y me deja escribir estas tonterías, pero bueno... si quieren escuchar la canción pues le dejo a los expertos que suban el video porque esas cosas y yo no nos llevamos. Sale, luv ya all hons and dudes. Leave a comment!!!Catcha later
xoxo
Hendel.

Sharp Distress
Based on Climbing the Walls, by BSB.

Sabía que no podía dejarla, que cualquier pensamiento en su mente sólo iba dirigido a ella…y a aquello a lo que ella había dado comienzo.

¿Qué había sido a fin de cuentas? Esa era la pregunta. ¿Cómo se suponía que él debía comportarse después de tanto tiempo de amistad? ¿Cómo debían ser las cosas ahora que ella, deliberadamente, había cambiado sus tontos sueños a posibles realidades? Y, sin embargo, ahí estaba, como siempre, despreocupada e indiferente entre la gente, y él, observándola sin ser advertido. No sólo por Stella, también por el mundo, el cual le importaba lo mismo que a la lluvia le importaba los transeúntes en las calles.

De igual manera, él sólo era un ente más.

El tejido de la telaraña que se formaba dentro de su cabeza se detuvo cuando sintió la fugaz mirada de aquellos ojos que lo perdían. Al verla escapar, Spencer se internó entre la selva de difusos seres que le hablaban con palabras ininteligibles. Habría salido intacto de no haber sido porque su camiseta ahora estaba marcada por la colilla de un cigarro. Cruzó hasta el otro lado y subió unas escaleras. La poca luz del angosto pasillo y la noche que apenas despertaba con la ahora leve llovizna, invadieron sus sentidos de tranquilidad. El ruido de una cotidiana parinait se había sofocado tras él al momento de cerrar la puerta.

¿Qué era ese lugar? La azotea del edificio del que no tenía idea cómo había llegado.

La ciudad lucía limpia debido a la hora y al clima que había hecho prisioneras a las personas. Apenas pasaban autos por la avenida. Desde ese plano podía observar tanto los destellos naturales como los artificiales del cielo nocturno. Al tiempo, un escalofrío recorrió su espalda al sentir el aire fresco y húmedo. Enseguida, el temblor pasó a su pechó y luego a su estómago, donde decidió alojarse. Su vista había capturado el cuerpo de Stella, delineado por la tenue luz de la luna entre la oscuridad.

Ella giró un poco al percatarse de su presencia y sin decirle algo volvió la vista hacia un punto indistinto y lejano. Él tragó saliva y se aproximó a ella.

- ¿Qué haces aquí? –preguntó Spencer, ligeramente sosegado por el alcohol.
- ¿Qué haces tú aquí? –dijo ella sin mirarlo.

Tontamente respondió que la había seguido y le preguntó si podían hablar. Stella posó su vista en él por unos segundos, incrédula, y sacudió la cabeza con desaprobacón.

- Stella…
- Te advertí que te haría daño. Te lo dije ¿no es así?
- Sí, pero –
- No arruines esta relación. No mates lo que aún podemos salvar –lo miró a los ojos, una mirada que rogaba por cordura, por razón para entender lo que no podía ser.

¿Y qué pasaba con él? ¿Esa cordura podía ser capaz de someter sus sentimientos? Lo dudaba. Si ella pedía cordura, él exigía lo mismo. Necesitaba hacerla entender que su intención no era matar nada, por el contrario, quería avivar lo que podía sentir que también había dentro de ella. Se lo dijo y ella bufó.
Cuidadoso la tomó de las manos y, pese a la mueca de descontento en el rostro de Stella, ella también sujetó las suyas.

- Cierra los ojos y pide un deseo.
- No lo entiendes ¿verdad? –dijo serena, sin hacer caso a la petición.
- ¿Qué es lo que nos separa?
- Sólo olvídame.

Si se trazan dos rectas numéricas perpendiculares entre sí haciendo coincidir el punto de corte con el cero común… Eje de las abscisas. Eje de las ordenadas. Conceptos básicos de Geometría…

¿Cómo se hacía eso?

- Estás aferrado a algo que no puedo darte.

Dos semiejes. Uno positivo y otro negativo. No. No lo entendía.

- Así –dijo él, indicando sus manos estrechadas –, así quiero que tomes mi vida. Arriésgate conmigo y detén esto que nos está lastimando. Debe haber una manera en la que tú y yo podamos estar juntos…

- Spencer, déjame ir. Si ya no puedes verme como una amiga lo mejor es que me dejes ir.

Unió sus labios a los de ella, los que respondieron el cándido beso. ¿Era una ilusión?

- ¿Contento? –preguntó sencillamente.

Permaneció mudo ante el cuestionamiento. Era una ilusión.

- Te lo dije, una y otra vez… Yo no quería ser la responsable de tu dolor. Olvídame. –soltó sus manos y le dio la espalda para perderse otra vez en su universo.

Olvídame. Se propagaba la voz en su cabeza.

Cualquier distancia sobre el eje de las ordenadas de cero hacia arriba es positiva y de cero hacia abajo es negativa… Negativa. ¿Cómo?

¡No podía olvidarla! Dijo levantando la voz. Ella era cada célula de su cuerpo, estaba debajo de su piel. Era parte de él. Dickens no pudo haberlo escrito mejor: parte de su existencia, de sí mismo.
Ella, atrapada en su piel. Él, atrapado en el sabor de su inexorable beso.

¡Cómo podía sentir de esa manera si no la podía tener! Nada era real si no la podía tener…

Si quería razones por las que no podían estar juntos ella se las daría. Empezaba a enumerar…

- ¡No me interesan las razones! ¡No las quiero saber! –volvió a gritar.
- Déjame…olvídame. –dijo ella, con su rostro inalterado.
- ¡No puedo olvidarte!

La abrazó pero esta vez ella retiró los brazos de Spencer de su cuerpo.

- Entiéndelo ¡Déjame!

Se había ido.

La puerta había quedado abierta y el ruido regresaba a sus oídos. Su respiración era agitada y la telaraña se seguía hilando.

La abscisa y la ordenada del punto son las coordenadas del punto. Entonces… ¿dónde estaba su corazón?

The Odd Survey! ¿Por qué las chicas de las películas (Dr. Jekyll and Mr. Hyde) Nunca saben que el monstruo está tras ellas?